La situación de pandemia por coronavirus en la que estamos inmersos obliga a que muchas de las actividades presenciales pasen a realizarse de modo virtual utilizando herramientas telemáticas que necesariamente tienen que cumplir las normas de accesibilidad para no dejar fuera a las personas con discapacidad visual.
Aplicaciones móviles como RADAR que permite rastrear contactos de personas que han dado positivo por coronavirus no pueden ser inaccesibles para una persona con baja visión y/o ceguera.
Comprar un billete de tren a través de la página web de RENFE debe ser posible para una persona ciega igualmente que para otra persona que ve.
Igualmente ocurre con los servicios de las entidades bancarias que no todas cumplen con los estándares de accesibilidad que obliga la ley.
La Administración Pública debería ser un ejemplo de accesibilidad y gestiones como pagar el recibo de autónomo, la declaración de hacienda o trámites similares, ser mucho más accesibles de lo que son hoy en día.
Las personas con baja visión y/o ceguera queremos seguir participando de forma activa en la vida, pero si no cumplimos las normas de accesibilidad será imposible.
Accesibilidad siempre, también en los servicios telemáticos. No hay excusas.