El ácido hialurónico sería el vehículo a través del cual se podrían liberar los medicamentos en el ojo de forma controlada y automática.
Desarrollar un sistema para la liberación controlada de fármacos oculares que reemplace la dosificación del coliriro —que se debe aplicar varias veces al día –es la base de la investigación llevada a cabo por Javier Calles, investigador del Departamento de Biología, Bioquímica y Farmacia de la Universidad del Sur (Argentina) en colaboración con el Instituto de Oftalmología Aplicada de la Universidad de Valladolid (IOBA).
Para ello, estudian la manera de poner bajo el párpado ácido hialurónico cargado con el fármaco necesario, de modo que el polímero se convierta en el vehículo del medicamento y que este se administre de una manera ‘automática’ sin que el paciente deba de estar pendiente de su aplicación varias veces al día.
«He realizado dos estancias en el IOBA. En la primera realizamos las pruebas de biocompatibilidad con los cultivos de células humanas que tienen y a mi regreso hemos estado trabajando más en el sistema cargado con el fármaco. Una vez que comprobamos que uno de los sistemas que habíamos desarrollado era biocompatible pasamos a estudios de tipo in vivo y analizamos, por un lado, si provocaban o no irritación en conejos, y por otro, su adhesión con las mucosas de la conjuntiva», explica el investigador a la agencia DICYT.
Posteriormente, se llevaron a cabo estudios de eficacia terapéutica, cargando el sistema con un fármaco que se utiliza habitualmente para bajar la presión intraocular en el glaucoma, y también de eficacia: «En comparación con los colirios comerciales se ha logrado una mejora», avanza.
Actualmente Calles está probando la efectividad del sistema cargado con otras moléculas terapéuticas.
Fuente: www.elcomercio.es