La unión de la ciencia médica con la tecnología ha permitido desarrollar una solución válida para atajar dos de las problemáticas más comunes de la medicina ocular moderna: los fenómenos de catarata secundaria que se pueden producir tras una operación de esta dolencia y la falta de instrumentos no invasivos para medir la sensibilidad del globo ocular. La Fundación Prodintec y el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega, con el apoyo de los investigadores del CSIC y de la empresa AJL, como coordinadora del proyecto, han desarrollado una bioprótesis de cristalino que permite resolver varias necesidades en el cuidado de la visión. El resultado es una lente multifocal, blanda, de dimensiones mínimas (que requiere de una incisión mínima de entre 2 y 3 milímetros), fabricada por microinyección y con un recubrimiento bioactivo que se introduce en el ojo a través de una jeringuilla. Una vez dentro del globo ocular, se desdobla y ocupa su lugar.
«La fabricación de lentes intraoculares está generalmente en manos de multinacionales. En este caso, la investigación, el desarrollo y el producto final se realizan todo en España», explica el doctor Jesús Merayo, del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega. Con este desarrollo se disminuye la complicación más frecuente en las intervenciones de cataratas, la denominada opacidad de la cápsula posterior (PCO) y se dispone, además, de un instrumento diagnóstico de la sensibilidad de la superficie ocular.
El desarrollo de la lente se realiza por un proceso de microinyección, en los talleres de la Fundación Prodintec, previa disposición de un modelo CAD en tres dimensiones. Estas prótesis se recubre de un material bioactivo que evita la proliferación de determinadas células en el ojo que opacan el cristalino y llevan a repetir la operación. La catarata secundaria es la primera causa de ceguera en el mundo. «Con esta lente se ahorraría esa segunda intervención. Tiene un gran valor en cirugía», explica José Antonio Rodríguez Cortés, del departamento de Microtecnologías de Prodintec. El centro tecnológico y el Instituto Fernández-Vega colaboran en el proyecto, denominado «Procusens», junto con el Instituto de Neurociencias de la Universidad Miguel Hernández-CSIC de Elche, Life Vascular Devices Biotech (Barcelona), y AJL Ophthalmics (Vitoria). Para ello, cuentan con 1.845.000 euros de financiación del Ministerio de Economía y Competitividad a través del subprograma «Innpacto 2011». El plazo de ejecución es hasta 2014. Actualmente se ha finalizado el diseño del molde y se procederá a iniciar de inmediato la fabricación del mismo en los laboratorios de Prodintec. Se espera que en el plazo de cuatro meses puedan comenzar las pruebas para obtener las primeras unidades y proceder después a los ensayos clínicos. «Para nosotros es un lujo tener cerca un centro como Prodintec, experimentado en este tipo de fabricación y que nos ayuda a que las ideas de la clínica sean viables y pasen a la fase de prototipo», subraya el doctor Merayo.
Con estas lentes intraoculares de alta tecnología se pueden incorporar, además, diseños ópticos para la corrección de la miopía, hipermetropía, astigmatismo y presbicia del paciente. De esta forma, la tecnología permite avanzar en el campo de la óptica intraocular con nuevas prestaciones. Desde el centro tecnológico gijonés se está trabajando, en el marco del mismo proyecto, en el diseño de una herramienta para medir la sensibilidad ocular, aunque por el momento la prioridad son las lentes que incorporan una mezcla de polímeros de muy alta calidad óptica y otros muy flexibles para su fácil manejo. Será, además, una lente «más barata» que las que existen en el mercado, comentan los técnicos de Prodintec.
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Fuente: lne.es