Mejor ser ciego que tener poca visión

En España es preferible ser ciego legal que poseer baja visión”, sentencia Yolanda Asenjo, presidenta de la Asociación sin ánimo de lucro Visión España. Porque en el Estado un 96,5% de las personas con baja visión están, recalca, desamparadas por no ser consideradas como ciegas legales.

Asenjo se refiere a 1.930.000 personas que viven con baja visión. Esta situación agravada por el contexto económico actual es consecuencia del limbo legal existente en el Estado relativo a la clasificación entre ciegos legales y personas con baja visión. “Ser reconocida como una persona ciega supone una clara mejora en la calidad de vida de la persona afectada a nivel de integración tanto social como profesional”, añade.

En el Estado español solo 70.000 personas (un 3,5% del total de dos millones de personas con baja visión) se encuentran bajo la cobertura de la ONCE y tienen derecho a soporte médico, educativo y técnico como, por ejemplo, poder adaptar el lugar de trabajo de manera gratuita, acceder a una estimulación temprana para sacar el máximo partido a los restos visuales o disponer de ordenadores adaptados. El resto de las personas, en algunos casos, pueden beneficiarse de estas ayudas hasta la mayoría de edad, pero en otro directamente los gastos correrán a cargo de cada individuo.

“Siempre he dicho que es un problema político. La Administración se desentiende de esta problemática y deja en manos de una empresa privada (ONCE) –que por cierto trabaja bien– sus obligaciones. Pero esa empresa no cubre todas las necesidades de las personas con discapacidad visual”, explica Pedro González, periodista, con una severa discapacidad visual, e integrante de la asociación alavesa Itxaropena, que ofrece cobertura a estas personas.

El periodista alavés aboga por fomentar las necesidades del colectivo de personas con discapacidad visual independientemente de las causas de su origen y de su grado de discapacidad, proporcionando la posibilidad de mejorar los recursos socio-sanitarios, fomentando la autonomía personal.De hecho, hasta hace diez años, Pedro González llevaba una vida normal, “pero en los últimos tiempos opté por cuidarme y abandoné mi profesión; ahora me dedico a otras cosas y cuido mi visión”, reconoce.

González sufrió una enfermedad a los siete años que le afectó a la vista. “Conseguí recuperar parte; estudié periodismo y trabajé en distintos medios, pero con los años la discapacidad visual se ha hecho más patente”, añade Pedro, asociado de la ONCE y también militante activo del movimiento Visión España. “Hay que fomentar la ayuda mutua; creo que hay que colaborar entre todas las asociaciones para que los vacíos legales actuales dejen de existir. Es grave que haya gente que diga que es mejor ser ciego legal que tener poca visión”, subraya el periodista alavés.

Desde Visión España quieren trabajar en paralelo con la ONCE por el bien de las personas afectadas y saben que “a pesar de que la concienciación social ha aumentado, la crisis económica ha hecho que las ayudas públicas sean menores, por lo que hay que hacer más con menos”, recalca Yolanda Asenjo.

Además, es importante entender que con el envejecimiento progresivo de la población, la gran mayoría de las personas sufrirá problemas de visión y no sólo quienes ya tienen baja visión, por lo que la necesidad de cobertura aumentará.
En este sentido, es muy importante darse cuenta de que una visión cuidada es una vida y jubilación integrada, más activa y menos costosa para las arcas generales.

Visión España es una entidad sin ánimo de lucro que nació en enero de 2012 con el apoyo e impulso de su presidente de honor el profesor Jorge Alió y reúne a colectivos de afectados de distintas patologías que tienen en común la baja visión; entre ellas figuran asociaciones vascas –en Nafarroa y Araba– “Intentamos cubrir los huecos que no cubre la ONCE; en Euskadi trabajamos de forma un poco más independiente que en el resto del Estado. Estamos a la espera de entrevistarnos con representantes del nuevo Gobierno vasco para exponerles la situación y ver en qué medidas podemos incidir para hacer la vida más fácil a este colectivo”, remacha González.

Fuente: www.deia.com

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