Puede que los primeros síntomas de la enfermedad de Alzheimer estén en los ojos. O al menos en los de los ratones, a tenor de una investigación realizada en la Universidad de Georgetown, en EE.UU., que sugiere que hay una relación entre la pérdida de la visión y el alzhéimer. En concreto, la pérdida de una capa particular de células de la retina no investigada previamente puede revelar la presencia de la enfermedad y proporcionar una nueva manera de monitorizar la progresión de la patología.
Los investigadores han examinado las retinas de los ojos de ratones manipulados genéticamente para desarrollar la enfermedad de Alzheimer y han presentado sus primeros datos en Neuroscience 2013. «La retina es una extensión del cerebro, por lo que tiene sentido analizar si también se encuentran en el ojo los mismos procesos patológicos que se producen en el cerebro de una persona con alzhéimer», explica R. Scott Turner, autor del estudio, quien recuerda que existe una asociación entre el glaucoma y la enfermedad de Alzheimer ya que ambos se caracterizan por la pérdida de neuronas, aunque sus mecanismos no están claros. De hecho, cada vez más investigadores consideran el glaucoma como una enfermedad neurodegenerativa similar al alzhéimer.
La mayoría de la investigación realizada hasta la fecha acerca de la relación entre el glaucoma y enfermedad de Alzheimer se ha centrado en la capa de las células ganglionares de la retina, encargada de transmitir la información visual a través del nervio óptico al cerebro. Pero antes de que ocurra que dicha transmisión, las células ganglionares de la retina reciben información de otra capa en la retina llamada la capa nuclear interna.
Grosor de retina
En su estudio, los investigadores han examinado el grosor de la retina, incluyendo la capa nuclear interna y la capa de células ganglionares de la retina y han visto una pérdida significativa de espesor en ambas. La capa nuclear interna tuvo una pérdida de 37 por ciento de las neuronas y la capa de células ganglionares de la retina de una pérdida de 49 por ciento, en comparación con los ratones de control sanos, emparejados por edad.
En los seres humanos, la estructura y el grosor de la retina se pueden medir fácilmente utilizando tomografía de coherencia óptica. Para Turner, sus resultados son un «nuevo paso» en la comprensión del proceso de la enfermedad y podrían conducir a «nuevas formas de diagnosticar o predecir la enfermedad de Alzheimer tan simples como mirar a los ojos». Además, asegura, debido a que hay mecanismos paralelos entre las dos enfermedades cree que es posible que los nuevos tratamientos desarrollados para la enfermedad de Alzheimer también puedan ser útiles para el glaucoma.
Fuente: www.abc.es