Ayer, último domingo de septiembre, se conmemoró el Día de la Retina y de la Retinosis Pigmentaria, una jornada que nos recordó la importancia de dar visibilidad a estas patologías que afectan a miles de personas en España.
Uno de los grandes problemas sigue siendo la falta de comprensión social. Todavía sorprende que alguien que usa bastón pueda detenerse a mirar el móvil, o que se piense que está “engañando”. La realidad es muy distinta: las enfermedades de la retina, como la retinosis pigmentaria, son degenerativas y sus efectos varían de persona a persona. Pueden dejar un campo visual reducido, visión en túnel, deslumbramiento, pérdida de visión nocturna…
También hay que recordar la importancia de contar con un diagnóstico precoz y con estudios genéticos. Identificar la enfermedad cuanto antes permite orientar mejor el seguimiento, conocer la evolución y, sobre todo, abrir la puerta a futuras opciones terapéuticas que ya se están investigando.
Desde Acción Visión España insistimos en que es imprescindible que la sociedad entienda qué ocurre, que se reconozca la baja visión y que se normalice la diversidad visual. Todavía queda mucho trabajo por delante en sensibilización y en apoyo a las familias que conviven con estas patologías.
En este contexto, compartimos un reportaje publicado ayer por el diario Deia, donde se recogen testimonios de personas con retinosis pigmentaria, entre ellas socias de Retina Euskadi Begisare. Sus experiencias reflejan muy bien lo que significa convivir con esta condición en el día a día.
Puedes leer el artículo completo a continuación Retinosis pigmentaria: cómo seguir adelante cuando la vista se oscurece.